“El impacto del equipo de rugby en la vida de estas mujeres es significativo”, afirma Agustina Caride, autora de ¡Vamos las pibas! Las Espartanas, el primer equipo de rugby de mujeres en prisión, publicado recientemente por Marea Editorial.
Escritora, paisajista, crítica literaria, gestora cultural, Caride encontró una misión inesperada al descubrir la Fundación Espartanos, conocida por su equipo de rugby masculino conformado por reclusos, pero que también tiene uno femenino. Este encuentro inicial marcó el comienzo de una serie de visitas que la llevarían a escribir su libro.
En la Unidad Penitenciaria Nº 47 de San Isidro, en el pabellón femenino número 2, Caride contactó a la entrenadora del equipo, Carolina Dunn. «Voy a empezar a ir los lunes por la mañana, si querés vení», le dijo Dunn, y Caride aceptó el desafío.
En esos encuentros, mientras compartían mates y bizcochitos, las internas comenzaron a contar sus historias, sabiendo que ella era escritora. Entonces decidió que su manera de ayudar sería «escribiéndolas y visibilizándolas».
Entre los objetivos de la Fundación, además, se cuenta «que el público externo comprenda lo que ocurre internamente y eso se refleja en el libro», señala Caride, cuya primera impresión, al conocer a las prisioneras, fue de intriga, pero «las ves y decís, ¿qué historia hay detrás de ellas? Es muy distinto cuando las ves, que cuando después las escuchaste».
«Cuando uno ve en un primer momento siempre hay un prejuicio, por el lugar donde están. Pero al escuchar sus historias, esos prejuicios se desvanecen rápidamente», remarca. Luego, la propia autora comprendió que la única diferencia entre ellas y ella misma era el contexto en el que habían nacido. Estas mujeres, que inicialmente podrían parecer delincuentes o asesinas, se revelaron como seres humanos con historias de dolor, carencias y circunstancias difíciles que las llevaron a cometer errores.
En el proceso de escribir, Caride se sumergió en temas como la libertad, el aislamiento y la redención. “Este trabajo me llevó a una introspección personal, comparando mi propia vida con la de las prisioneras y agradeciendo las oportunidades que tuve”. Asimismo, reflexionó sobre cómo juzgamos a los demás sin conocer sus historias y se cuestionó la efectividad del sistema penitenciario actual.
Según Caride, el deporte les proporciona a estas mujeres un sentido de pertenencia, contención y una familia dentro del penal, y destaca que el equipo no sólo las une como jugadoras de rugby, sino como amigas y compañeras, brindándoles un apoyo emocional crucial.
¡Vamos las pibas! es una crónica novelada que recoge fielmente las historias que las mujeres le contaron, pero que incluye elementos narrativos que enriquecen la experiencia de lectura. Este enfoque le permitió captar la complejidad de las vidas de las protagonistas de manera profunda y humana.
El mensaje que Caride desea transmitir es la importancia de no permanecer caído, inspirada en una frase del Papa Francisco, quien dijo a Los Espartanos: «Lo importante no es caer, sino no permanecer caído». Quiere mostrar que, a pesar de los errores y caídas, siempre es posible levantarse y cambiar.
Espera, además, que su trabajo inspire a los lectores a reflexionar sobre sus propias vidas, sus prejuicios y la forma en que juzgan a los demás. También que se visibilicen las carencias y fallas del sistema penitenciario, y se empiece a promover un cambio que considere a los reclusos como seres humanos que merecen una segunda oportunidad.
Con 13 títulos publicados, entre los que sobresale Donde retumba el silencio (2021), Premio Clarín de Novela, Caride también se dedica a la organización de eventos literarios a través de talleres que organiza en su red social Letras sin Filo, como la Maratón Epistolar, que busca fomentar la escritura y la lectura.
Por lo pronto, mientras responde entrevistas por su último libro ¡Vamos las pibas!, dice que no tiene planes específicos de seguir escribiendo sobre el sistema penitenciario, aunque, aclara, no descarta la posibilidad.