Marea Editorial

Cartografiando crónicas a ambos lados del Atlántico con “Criaturas Fenomenales”

Martes, 14 de marzo de 2023. 18:56. Cuatro jóvenes atraviesan el campus San Francisco corriendo. Van con el tiempo justo, para variar. En este caso llegan tarde a su cita en la librería Cálamo de Zaragoza. Uno de esos lugares que son hogar para todos aquellos que amamos la lectura. Al final consiguen llegar a tiempo para poder sentarse antes de que comience la presentación de Criaturas fenomenales. Antología de nuevas cronistas, editado por La Caja Books. Una obra coordinada por María Angulo Egea y Marcela Aguilar Guzmán.

El lugar estaba impregnado de risas cómplices y un ambiente familiar. Éramos muchas y muchos los que queríamos celebrar Criaturas fenomenales. Poco antes de empezar la entrevista, ninguno de los asistentes perdía oportunidad en agradecer a la librería la cesión del espacio para la presentación. En el caso de Raúl Asencio, responsable editorial de La Caja Books,  recordó además el 40 aniversario de la librería que estamos viviendo en este 2023. 

La presentación contaba con tres periodistas, tres “criaturas fenomenales” de las que recogen los apuntes cartográficos finales que contiene el volumen: Berta Jiménez Luesma, directora de Altaïr Magazine y Co-presentadora de Sororitrap Podcast Antisystem en Koiné Tv., Elisa Navarro Sánchez, freelance y cronista viajera enamorada de Nicaragua y Colombia, y la cronista y politóloga, fundadora y editora de la revista Malquerida, Ana Muñoz Padrós. Y junto a ellas, una de  las dos responsables de que esta antología exista, la profesora de Periodismo de la Universidad de Zaragoza y especialista en crónica, María Angulo Egea. 

[Criaturas Fenomenales]

Berta Jiménez comenzó esta presentación situando con acierto esta antología en su contexto y realidad. Criaturas fenomenales es un trabajo inédito en nuestras letras. Uno que busca, precisamente, como señala Lucía Lijmaer, hacer una reparación histórica y colocar el trabajo de las mujeres periodistas en un primer plano. 

Criaturas fenomenales es una antología fruto de casi cinco años de “trabajo invisible” de investigación para encontrar una variedad de crónicas excelentes: buen periodismo literario y compromiso de género o feminista. Esto para finalmente seleccionar los 20 textos que componen el volumen. 20 textos, uno por país de habla hispana. Esfuerzo y trabajo que se evidencia en la rigurosidad y calidad de esta obra, como subrayó Elisa Navarro. La monografía recoge veintiún voces de autoras nacidas después de 1980 en países hispanohablantes y que han publicado sus textos en pleno siglo XXI. Ha supuesto “una búsqueda por todos estos países para reunir a algunas de las voces más significativas de la crónica en castellano”. La obra tiene un marcado tono ecologista, decolonial y, sobre todo, feminista. 

Berta Jiménez comentó que con Criaturas Fenomenales podemos degustar lo que se está haciendo en la actualidad en los países hispanoamericanos con esto que llamamos crónica, periodismo narrativo, periodismo de largo aliento, nuevo nuevo periodismo, slow jornalism y de tantas formas. Este macrogénero que se preocupa de  la forma de narrar y se detiene en los detalles, que se ocupa  tanto de la historia como de  cómo se cuenta la historia, que  toma los  recursos propios de la literatura y los aplica a la escritura, con una mirada periodística.

En estas crónicas hay un claro compromiso con los problemas que definen a la sociedad de hoy en día. Se detienen en los temas que nos apelan, definen y preocupan. Historias de vida que nos explican y cuestionan. Y, como concretaba María Angulo Egea, el libro es para cualquiera que quiera leer buenos relatos tanto si le interesa el periodismo como si no. Estas historias te atrapan y estos relatos te conmueven. La amplitud de temas y vidas que se recogen  hace que se apele a todo  sector social y condición. 

La antología abre con “Las indias de la crónica”, un potente prólogo de la cronista gonzo Gabriela Wiener, que María Angulo describió como “la madrina perfecta de todas estas mujeres”.

Tránsitos

Elisa Navarro se ocupó de hablar de la primera de las secciones, Tránsitos. Y quiso poner el énfasis en la crónica “Las vidas de la Caimana” que abre el volumen. Elisa acaba de regresar de Nicaragua, y quiso resaltar lo mágico de encontrarse justo allí con la propuesta de presentar este libro y de que se iniciara con la crónica escrita por la nicaragüense Amalia del Cid. Este relato nos sitúa en Nicaragua con el caso de la primera mujer trans nicaragüense. Es un personaje controvertido, agresivo y muy duro que acaba por “enamorarnos”, según admitía Angulo Egea. Seguidamente, “El disfraz del Che” de June Fernández es quien se llevaba el protagonismo, con la historia de Irina y a quien Elisa Navarro no dudaba en categorizar como mujer “todoterreno”. Y de esta periodista, si la profesora tenía algo claro desde el inicio, era que tenía que formar parte de las veintiún voces. Navarro también volvía a reforzar el poder de la crónica y de viajar como lectora con sus declaraciones: “Viajar a través de las palabras y otras miradas. Aprender diferentes formas de contar y desde diferentes perspectivas”. “Los textos son viajes a distintos territorios” reforzaba Angulo Egea: hay que dejarse llevar por ellos y  empaparse de “letras y músicas”. 

Cuerpos

La segunda parte del libro, Cuerpos, busca reflejar todo lo que nos ocurre, nos atraviesa en el cuerpo. Ana Muñoz fue la encargada de presentar esta sección. Tal y como afirmaba Angulo Egea: “No hay forma de que lo que nos pase, sea bueno o malo, no deje un registro en nuestro cuerpo.” Todas las realidades que vivimos nos traspasan; en nuestros cuerpos transcurren las historias. Una de las narraciones que destacaron de esta sección fue  “Cómo vi morir de sida a mi padre y a mi hermano” de Dunia Orellana. Un desgarrador relato, disruptivo con todo lo anterior, por la forma de construir el relato, que se asemeja a la poesía y viene muy marcado por la subjetividad. Se trata en efecto de una de las crónicas más duras y poéticas del libro.

[Criaturas fenomenales]

Violencias 

Elisa Navarro volvía a tomar el turno de palabra y abría Violencias. Este bloque del libro es sin duda el más crudo y explícito. “Agáchate, puja y tose”, de la periodista y escritora cubana Mónica Baró, inaugura la sección. Cubre la detención de la periodista  al ejercer su derecho de informar sobre un huracán en Cuba. La crónica describe duramente esas angustiosas horas bajo una custodia policial y la humillación que padece, que le lleva a cuestionarse a sí misma.  

Otra crónica emblemática de Violencias ocurre con “La herida de un pueblo en la frontera” de María Fernanda Cruz y Hulda Miranda. Un reporterismo realizado en equipo sobre la violación y muerte de una mujer en un territorio fronterizo. ¿Qué sucede cuando un cuerpo cae en tierra de nadie? En la frontera terrestre entre Costa Rica y Nicaragua, rodeados de montes, policías inoperantes y cuestiones burocráticas que ahogan la posibilidad de llevar adelante cualquier reparación posible. 

Elisa Navarro había leído este pasaje  dos días después de haber pasado por esta frontera terrestre entre Costa Rica y Nicaragua. Contó que viajaban en autobús y que se vieron obligados a bajar del vehículo y pasar a pie la frontera y que de pronto tuvieron que ponerse a correr porque venían unos ladrones robando enseres, dinero, móviles…., mientras, la policía, pasiva e inactiva, miraba hacia otro lado.  Las vivencias de Elisa servían en esta presentación para darle vida a estas letras al hacer casi una suerte de “crónica de las crónicas”, subrayó la editora María Angulo.

Mi secuestro, de la venezolana Luisa Salomón, se describió como una crónica de ritmo trepidante que te atrapa y no te deja casi respirar hasta saber qué sucede con la periodista y a la vez protagonista del terrible relato. Otra crónica extraordinaria que cuenta la violencia sufrida en primera persona.  

Huellas

Ana Muñoz Padrós recupera la palabra, en este caso para presentar la última parte del libro: Huellas. Un capítulo dedicado a aquellas historias y territorios que suceden en los márgenes y que no vemos porque hay un sistema empeñado en que no los veamos. Es la parte más ecologista y decolonial del volumen. María Angulo afirma que esta es una de las partes que más le gustan, porque ha aprendido mucho de todas estas historias, tradiciones y vivencias. La define como “armoniosa y cálida”. Algunos de los relatos que se destacan son “Totonicapán, un bosque”, “Dioses dominicanos” y la ironía y humor de la crónica que cierra el libro:  “La cazadora de Facebook” de la chilena Arelis Uribe.  

En el turno de preguntas el escritor y periodista Laureano Debat trajo  a colación el  concepto de cronistasplaining del prólogo de Gabriela Wiener. Ana Muñoz Padrós contó alguna anécdota sufrida por este tipo de cronistasplaining en  sus inicios en la revista Malquerida. 

El libro termina con unos apuntes cartográficos de cronistas españolas y latinoamericanas. Unas últimas páginas que permiten al lector continuar su viaje.  Un broche de oro para una monografía fenomenal.