"¿Cómo fue enterarse de pronto que su mamá y su papá no eran los que creían?" fue el interrogante con el cual la periodista Analía Argento y Mariana Zaffaroni Islas se embarcaron en el proyecto de investigación y recolección de testimonios que conforman-en 152 páginas y 13 historias de restitución de identidad- "Los nietos te cuentan cómo fue".
Con esa premisa también se animó a contar su historia y a participar Sabrina Gullino Valenzuela Negro, nieta recuperada que busca a su mellizo y que realizó las ilustraciones. Tiene tres apellidos: el de su adopción -legal- y el de sus padres biológicos.
El libro fue presentado el martes pasado en la UMET e invita al lector a recordar que las políticas de Memoria, Verdad y Justicia representan la deuda de un pasado que se cobró 30 mil desaparecidos, y una búsqueda que permanece abierta: encontrar a los que no saben que los están buscando.
En una de sus últimas audiencias como Vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner recibió a las autoras del libro y a los protagonistas de las historias que se narran a través de los años que recorre el relato: Mariana Zaffaroni Islas, Sabrina Gulliano Valenzuela Negro, Paula Eva Logares, Paula Cortassa Zapata, Alejandro Pedro Sandoval y Juan José Morales.
Los presentes le entregaron un ejemplar del libro y la Vicepresidenta compartió luego en redes sus sensaciones sobre la publicación. "El libro es un auténtico testimonio histórico ilustrado y un homenaje a la Memoria, la Verdad y la Justicia. Creo que también al amor y a la vida", posteó Cristina.
"¿Por qué no contar la historia de los 132 casos resueltos por Abuelas?", rememora en algunas líneas Zaffaroni Islas sobre cómo surgió la iniciativa que la encontró escribiendo en papel su propia historia: ella es la nieta 46 recuperada en democracia, sus padres eran uruguayos y en el marco del Plan Cóndor estuvieron secuestrados en "Automotores Orletti".
La coautora recuerda que la idea se le instaló a mediados de marzo, luego de leer por segunda vez "De vuelta a casa", de Analía Argento, y antes de que la Asociación Civil anunciara la restitución de Daniel Santucho Navajas, el nieto número 133. En ese momento decidió contactar a la periodista para continuar con la laboriosa tarea de recopilar las historias de restitución que había leído en su libro publicado en 2006.
La respuesta fue automáticamente un sí. Ya se conocían. Mariana la había visto por primera vez cuando Analía hizo la presentación de su libro en Uruguay en 2009. Ese día ella también fue invitada, fue el primer acto público junto a su abuela, en el marco en el cual el país vecino había invitado a todos los nietos encontrados- hijos de desaparecidos uruguayos-para declararlos ciudadanos ilustres.
Pese a que ese fue el primer contacto, la periodista ya la ubicaba: un tiempo atrás había visto su foto en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo. Analía estaba emocionada por recordar a esa niña de la foto-ahora mujer de carne y hueso- la que consideraba 'un milagro caminante': sus familiares habían tenido la oportunidad que los familiares de la periodista nunca tuvieron de encontrar a su tío Beto. Ese día se emocionaron juntas- en la misma sala-pero por separado.
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El nuevo desafío que las unía era grande y llevaba tiempo. Entonces Constanza Brunet, la directora de Marea Editorial les hizo una contraoferta: "¿por qué no aprovechar el aniversario de los 40 años de democracia, que es justamente este año, y empezar contando unas pocas historias, enfocándonos en el público joven y adolescente?"
El dilema después fue otro. ¿Cómo elegir entre tantas, cuando todas las historias eran valiosas? Decidieron entonces establecer un criterio: dividirían los 40 años en cuatro décadas, y contarían tres historias por cada una de ellas. Entonces empezaron a seleccionar del archivo en la página de Abuelas de Plaza de Mayo.
Por distintas razones eligieron a los hermanos Anatole y Victoria, Paula Eva, Ximena, Andrea Viviana, Natalia, Pablo, Alejandro Pedro, Sabrina, Ezequiel, Adriana y Juan José, protagonistas de estos relatos.
"Cuando su sangre confirmó quién era, Andrea viajó a Montevideo. Su abuela paterna, que había criado a su hermano Esteban, sufría Alzheimer, se lo habían advertido porque por momentos estaba des-memoriada y no recordaba ni reconocía a su familia.
Al llegar a la casa encontró a Chela sentada en una silla mecedora del otro lado del living. La vio entrar y exclamó: "¡La hija de Nelson!¡Nena, hace 22 años que te estoy buscando!". Chela le habló de sus paseos por la playa montevideana.
Andrea tenía una imagen: ella con una señora con pañuelo en la cabeza que la llevaba de la mano por la arena." (...)
Historias como esta de Andrea, la primera nieta en querellar a su apropiadora, se reproducen a lo largo de las páginas de "Los nietos te cuentan cómo fue". Una invitación a conocer la historia y mantener viva la memoria