El periodista y escritor Edgardo Esteban (Haedo, 1962), veterano de la guerra librada en el Atlántico Sur del 2 de abril al 14 de junio de 1982, que dirigió el Museo Malvinas entre 2020 y 2024, visitó las islas este mes con su hijo Facundo. Fue su sexto viaje, que terminó el 7 de junio. Hoy se conmemora el “Día de la Máxima Resistencia” cuando, con la rendición argentina, se puso fin al conflicto bélico en el que murieron 649 soldados argentinos. El Museo Malvinas (Santiago de Calzadilla 1301), que actualmente dirige el coronel retirado y veterano de guerra Esteban Vilgré Lamadrid, estará abierto de 11 a 18.
“Cambió mucho el paisaje, está muy urbanizado y hay muchas calles nuevas hacia el oeste -dice Esteban a LA NACION-. Hoy se podría decir que es una ciudad cosmopolita porque hay muchos filipinos, africanos, venezolanos, peruanos; personas de 81 países distintos, según el último censo. La ciudad tuvo un cambio cultural muy grande. La gente se instala en Malvinas porque se gana bien, por el trabajo, por las empresas de petróleo. Del 83 al 2021 se recaudaron 187 mil millones de dólares en regalías”.
Padre e hijo honraron la memoria de los soldados argentinos caídos en combate en el cementerio de Darwin, recorrieron los campos de batalla y visitaron al artista y escritor británico James Peck que tiene documento argentino. “El día que fuimos a despedirnos de mi ‘pozo de zorro’ [una trinchera], en la bajada de Sapper Hill, donde había estado en 1982, mi hijo encontró un gorro azul que había perdido el primer día y un lápiz amarillo; fue algo mágico, porque los dos escribimos mucho durante el viaje y después”. Como testimonio de su paso por Malvinas, el hijo de Esteban dejó su bufanda en el lugar donde se había refugiado el padre, cuando tenía su edad, décadas atrás.
Esteban, que acaba de publicar su primer libro de poemas, Notas en el viento (Ediciones de la Paz), prepara una tesis sobre Malvinas para el doctorado que cursa en la Universidad Nacional de La Plata. “Después de que me fui del museo, me refugié en el estudio y en la escritura”, cuenta. En el mismo sello, se reeditó Malvinas, diario del regreso, publicado de 1999. “Se cumplieron veinticinco años del viaje que fue el primero que se realizó a las islas después del conflicto bélico, el 7 de agosto de 1999, cuando se detuvo a Augusto Pinochet en el Reino Unido y se generó una situación de tensión con Chile. La nueva edición tiene fotos de ese viaje y recortes de diarios. Recuerdo que de LA NACION viajó el periodista Diego Pérez Andrade”.
En el reciente viaje, llevó la cédula militar que le había sido arrebatada en el buque Canberra por oficiales británicos y que se comercializó en eBay (junto con fotografías de excombatientes argentinos) durante 2022 como “trofeo de guerra”. Tras gestiones diplomáticas y legales, la cédula volvió a manos de Esteban. “Me acompañó todo el viaje, la tenía en mi mochila”, revela el escritor que, con Omar Quiroga, trabaja en un guion sobre la historia de la cédula.
El primer director del Museo Malvinas, entre 2012 y 2015, el escritor y exdiputado Jorge Giles (Monte Caseros, 1950), publicó El Gaucho Rivero. Padre de la Causa Malvinas (Marea, $ 22.900), que narra a modo de novela de aventuras la historia real del primer desembarco argentino en Malvinas, la construcción de un pueblo (Rivero trabajó al servicio del gobernador y comerciante Luis Vernet y de su hermano, Emilio Vernet) y el enfrentamiento que lideró contra los británicos tras la ocupación de las islas, en 1833. El libro tiene un prólogo de Cristina Fernández de Kirchner.
“Este libro rescata a un héroe nacional negado por la mal llamada ‘historia oficial’, el Gaucho Antonio Rivero -dice Giles a LA NACION-. Es padre de la ‘Causa Malvinas’ porque cuando las autoridades del gobierno criollo abandonan Puerto Luis, luego de la usurpación británica de 1833, son los gauchos encabezados por Rivero quienes optan por quedarse en las islas defendiendo la soberanía argentina. El 26 de agosto de ese año protagonizan una revolución criolla, arrían la bandera del Reino Unido y reponen la argentina en lo alto del mástil”.
Para Giles, la “Causa Malvinas nació como una defensa criolla encabezada por gauchos y por indios acriollados y este dato de la historia define su verdadero origen popular”. “Las investigaciones de Martiniano Leguizamón Pondal y de Mario Tesler fueron las fuentes principales de esta reconstrucción literaria”, indica.
En su opinión, el Gobierno abandonó el reclamo por las islas. “Hoy la Causa Malvinas sufre la misma deserción oficial que sufrió cuando la usurpación“, afirma. ”Se abandonaron todos los principios elementales que trazó la diplomacia argentina a lo largo de dos siglos reclamando por la soberanía argentina. Necesitamos imitar el coraje patrio de Rivero y sus gauchos”.
La rebelión de 1833 fue sofocada por los británicos; el líder y sus compañeros fueron apresados a bordo del Beagle, en el que viajaba el científico Charles Darwin. Los gauchos e indios “insurrectos” fueron enviados al Reino Unido, donde se los juzgó; tiempo después, un juez determinó que fueran liberados en Montevideo. La historia cuenta que Rivero murió como un héroe en la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845.
En 1966, un grupo de la Juventud Peronista encabezado por Dardo Cabo y María Cristina Verrier llevó a cabo el Operativo Cóndor, en un avión secuestrado de Aerolíneas Argentinas. Al llegar a Malvinas, rebautizaron simbólicamente Puerto Stanley como Puerto Rivero. En 1977, Cabo y Roberto Pirles fueron fusilados en un simulacro de fuga.