En su diálogo con Pepe Gil Vidal, el analista recordó que en Brasil “existen distintas Iglesias Evangélicas, pero que están agrupadas a través de la política”.
Y precisó: “Ellas conforman un frente legislativo evangélico. Dominan una parte muy importante del Congreso”.
Goldstein detalló que en el pasado “estaban aliados a los gobiernos” de Lula y de Dilma Rousseff, “pero después se pelearon por la agenda de género y hoy son el principal sustento de la base electoral de Bolsonaro”.
“Y hoy piden firmas para la Alianza por el Brasil, el partido que quiere crear Bolsonaro”, apuntó.
El analista comentó además que Bolsonaro incorporó a dos pastores en su gabinete como ministros de Justicia y de Educación y recordó que el presidente se reunió con representantes de estas iglesias “para rezar juntos por la recuperación del país” en el marco de la pandemia.
Pero Goldtsein remarcó que este fenómeno no se da solo en Brasil, sino también en otros países como Estados Unidos, Bolivia y hasta Venezuela.
“Es un fracaso más bien del Estado. En Estados Unidos son los hispanos los que apoyan a las Iglesias evangélicas”, sostuvo. Sin embargo, explicó que los religiosos blancos norteamericanos “se fueron alineando con el partido Republicano. Trump aparece con la Biblia y en las Iglesias. Hay un proceso de mucha cristalización en Estados Unidos con ese fenómeno”, concluyó.