Marea Editorial

Entrevista exclusiva a la periodista y escritora mexicana, Cecilia González: “El modelo de lucha contra el narcotráfico en México generó una catástrofe social”

El Intransigente entrevistó a Cecilia González, periodista y corresponsal mexicana en el país, quien acaba de publicar el libro “Narcosur, la sombra del narcotráfico mexicano en la Argentina”

Por Guido Baistrocchi 
para El Intransigente

ARGENTINA.- El flagelo del narcotráfico en la Argentina se ha convertido en tema de debate diario. El Intransigente entrevistó a Cecilia González, periodista y corresponsal mexicana en el país, quien acaba de publicar el libro “Narcosur, la sombra del narcotráfico mexicano en la Argentina” (Marea).
 
González analiza las razones por las cuales los narcos se mudaron a la Argentina y deja en claro que la lucha contra el narcotráfico no debe ser de manera violenta. “En los últimos seis años, en México sufrimos cien mil muertes”. Desde la campaña electoral, los distintos candidatos en el país, esgrimieron tímidas propuestas de control de las fronteras y lineamientos generales acerca de cómo frenar el avance de los narcos. En Santa Fe y en Córdoba, las conexiones de los narcotraficantes y el Estado han llegado hasta altas esferas de las policías provinciales. 

Días atrás, los Obispos reunidos publicaron un duro documento que alerta sobre el avance de este flagelo y convocan los sectores responsables a pensar estrategias para detenerlo. Aquí la palabra de quien investigó y escribió sobre este tema relacionando lo que sucedió en su país con lo que comenzamos a vivir en el nuestro. 

El Intransigente -  En uno de los capítulos de tu libro, narrás el momento en el que once mexicanos son juzgados en Argentina por formar parte de una banda de narcotraficantes. Y los jueces se refieren a ellos como “primarios”. ¿Quiénes y cómo son los mexicanos que llegaron al país para dedicarse a esa actividad delictiva? 

Cecilia González -  No se sabe si estos mexicanos eran o no narcotraficantes en México, ya que ninguno de ellos tenía orden de captura internacional. En general -y es algo que me llamó la atención a mí y a los jueces-, todos los hombres que fueron detenidos en la quinta de Ingeniero Maschwitz (provincia de Buenos Aires) eran primarios, lo que significa pobres y sin educación. Por el contrario, los argentinos involucrados eran de clase media o alta. Pero ninguno de los implicados tenía antecedentes penales. El poder corruptor que tiene el narcotráfico abarca tanto a unos por pobreza, sobrevivencia y necesidad; como a otros por ambición. A ambos los convence. 

El Intransigente - ¿Cuál es el objetivo principal del libro?
 
Cecilia González -El objetivo principal es el de reconstruir episodios en los que han estado presentes en la Argentina los narcotraficantes mexicanos, y explicar el porqué. Si no pareciera que surgieron como hongos, cuando aquí hay una razón de fondo. La conocida “causa de la efedrina” en Argentina -que creo que al público argentino le quedó poco claro- empieza porque en México se cerró la importación de efedrina, componente necesario para fabricar metanfetaminas. Por esa razón, los narcotraficantes -que son empresarios ilegales, pero empresarios al fin- buscaron en qué lugar del mundo podían encontrar efedrina y se dieron cuenta que en Argentina circulaba sin ningún tipo de control. Y por eso se instalaron aquí. Sin embargo, ellos no fueron los primeros. En 1997 tenemos el caso de Amado Carrillo Fuentes , el Señor de los Cielos. Luego, el famoso asesinato de María Marta García Belsunce, que estuvo relacionado con el lavado de dinero del Cartel de Juárez. 

El Intransigente - Más allá de la efedrina, ¿los narcos eligen Argentina porque sienten que es un país que les permite actuar con impunidad?
 
Cecilia González - Me resisto a ponerme alarmista, pero Argentina tiene factores que los atraen. Por empezar, tiene una enorme frontera que limita con varios países, porosa y con poco control al tránsito. Además, hay provincias del norte que no tienen instituciones bien consolidadas, lo que permite que el poder corruptor del narco sea más importante. Ni el narcotráfico ni el crimen organizado se expanden sin algún tipo de protección política. Me llamó mucho la atención la entrevista que le dio el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, al diario Perfil. Allí se refiere al narcotráfico y lo define como el peor problema que sufre el país. Además, comenta que en las fronteras del norte del país pasan caravanas de 10 autos con hombres armados y nadie los detiene. Hay lugares donde ni siquiera hay autoridades federales. 

El Intransigente - ¿La situación argentina tiene algún punto de comparación con lo que fue el inicio del narcotráfico en México? 

Cecilia González - No, porque en Argentina el auge del consumo interno comenzó en la década del ‘90, cuando durante la convertibilidad se pudo masificar y popularizar la cocaína. Y los sectores bajos se ven más perjudicados porque son quienes consumen el Paco, que es peor y más destructivo que la cocaína. México, en cambio, es productor desde los años setenta y es vecino de Estados Unidos, que con su posición hipócrita de siempre, no reconoce que es el país que más consumidores de drogas tiene.
 
El Intransigente -¿Cuál es el camino a seguir para luchar contra el narcotráfico? ¿Es México el ejemplo a seguir? 

Cecilia González -  De ninguna manera. El modelo de lucha contra el narcotráfico en México fue una catástrofe social. La violencia generó violencia. El presidente Felipe Calderón sacó el ejército a las calles a combatir el narcotráfico y, en realidad, ni debilitó a los cárteles ni desaparecieron los narcotraficantes. Lo único que logró fue expandir las peleas entre las bandas. Hoy tenemos decenas de miles de desaparecidos, asesinados no solo por el narcotráfico sino también por el Estado. México se convirtió en el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Lo que ocurrió en México es una de las más grandes tragedias sociales de este siglo en América Latina y aún no ha sido muy contada. La semana pasada, el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, habló del tema con un vocabulario bélico diciendo que en Argentina ya hay una guerra contra el narcotráfico. Bueno, si la hay, que la paren inmediatamente. No se trata de implementar una guerra, sino de aplicar políticas sociales, de coordinar los poderes del Estado y de combatir las bases que generan el consumo y que los jóvenes se sumen a las bandas organizadas. 

El Intransigente - El tema del narcotráfico ganó la tapa de los diarios en las últimas semanas. ¿Crees que es una discusión seria o un debate electoralista? 

Cecilia González - El problema que tenemos en nuestras democracias es ese, que los políticos politizan cualquier tema. Sin embargo, el documento de la Iglesia me pareció muy serio, muy frontal. Pero no convoca a que el ejército salga a las calles o a derribar aviones. Es un tema muy difícil, porque se trata de un espiral que cuando crece termina causando muertes inocentes. 

El Intransigente - ¿Cuántos muertos sufrió México por el narcotráfico? 

Cecilia González - Hay cifras que hablan de cien mil muertos. 

El Intransigente - ¿En treinta años?
 
Cecilia González - No, cien mil muertos durante los seis años de gobierno del presidente Felipe Calderón, entre 2006 y 2012. El sexenio generó una tragedia social. 

El Intransigente - ¿Cómo ves la situación del narcotráfico en Argentina?. ¿Hay tiempo para volver atrás o el espiral de violencia ya está muy avanzado? 

Cecilia González - En ningún país del mundo el crimen organizado ha desaparecido de golpe. Argentina está a tiempo de frenar el avance del narcotráfico. Rescato que el Episcopado llame a un esfuerzo por lograrlo, que algunos políticos se manejen de manera más discreta y que se debata socialmente. Esas ya son señales de alarma. El extremo de violencia que hemos llegado a sufrir los mexicanos es triste y espeluznante. Hemos visto cabezas rodar, cuerpos descuartizados. Hemos naturalizado la violencia.