Marea Editorial

Hernán Brienza: “Milei es síntoma de una Argentina ya rota”

En charla con Gustavo Sylvestre en Radio 10, el periodista y politólogo presentó las ideas centrales de su nuevo libro El síntoma Milei en el que propone pensar al actual presidente no como un fenómeno disruptivo en sí mismo, sino como el resultado de un largo proceso de degradación estructural previo y que implica el «colapso» de pactos fundacionales de la nación en materia de educación, democracia e inclusión social.

“Más que preguntarme qué es Milei, me pregunté por qué Milei”, explicó en Mañana Sylvestre el escritor y politólogo Hernán Brienza, quien por estas horas está presentando su nuevo trabajo titulado El síntoma Milei: Notas para una Argentina fallida de la Editorial Marea. El autor sostiene que el presidente libertario encarna el colapso de los grandes pactos fundacionales de la Argentina: el de la educación pública, el de la justicia social y el de la democracia. Pactos que, según su mirada, ya estaban rotos antes de la llegada de Milei al poder, aunque su figura los haya visibilizado con crudeza.

Brienza rememora frases como la de Mauricio Macri, cuando dijo que había “caído en la educación pública”, para evidenciar que la clase dirigente —incluso antes del libertario— ya venía deslegitimando ese pilar igualador. A ello se suma la desarticulación del pacto de justicia social, arrasado por la informalidad laboral y el abandono del Estado de bienestar. “Hoy hay trabajadores pobres, sin aguinaldo, sin vacaciones. La vieja fábrica ya no existe”, resume. Y advierte que, frente a todo esto, no hubo reacción política. “¿Por qué el pobre se deja empobrecer?”, se pregunta.

Pero si Milei es el síntoma, ¿cuál es la enfermedad? Brienza apunta a una crisis cultural profunda, donde los valores de solidaridad y comunidad han sido reemplazados por la lógica del sálvese quien pueda. “Cuando éramos chicos sabíamos que si los débiles se unían, le podían ganar al fuerte. Hoy eso es imposible de pensar”, reflexiona. La sociedad ha asumido una forma de individualismo que la vuelve cómplice pasiva del mismo poder que la empobrece.

El diagnóstico es duro, pero no desesperado. Brienza reconoce que hubo un período en que las cosas mejoraron —entre 2002 y 2015—, aunque lamenta que esa experiencia no haya sido “apropiada” por los sectores populares. “Algo falló en nosotros también, que no supimos defender lo que se había conseguido”, concede.

En este contexto, El síntoma Milei busca ser más que una crítica: es un llamado a repensar las raíces de la crisis argentina y a recuperar, quizás, algún nuevo pacto social que reemplace a los ya fenecidos.