Marea Editorial

Libros: “Eva Perón”, de Libertad Demitrópulos

POR INÉS BUSQUETS

Una biografía es ante todo un acto de admiración. Y en ese interregno entre la fascinación y el encantamiento, también está la identificación. 

Escribir una biografía implica hacer un recorte, donde los resabios de la memoria, la historia y los ojos que la buscan confluyen en un entramado de reconstrucción singular. Una ficción involuntaria que surge a partir de la interpretación, pero que sin embargo se enmarca en una novela histórica. Con datos duros, fuentes certeras, testimonios reales.

¿Por qué será que a veces nos encontramos leyendo la misma vida escrita por distintas personas? Porque la mirada es la que impregna la obra y la hace única. Dentro de las generalidades de una vida conocida y múltiples veces escrita, según el/ la autor/a se va a descubrir algo nuevo. 

Las biografías tienen carácter epifánico, como los cuentos. Son hallazgo y revelación.

Eva Perón, de Libertad Demitrópulos en particular tiene una prosa exquisita y una especie de entrecruzamiento, un enlace entre las historias de estas dos mujeres tratando de encontrar un lugar en la familia de las cosas, como en el poema de Mary Oliver. 

A lo largo de la biografía, Libertad Demitrópulos propone ejes que van dándole forma a un perfil agudo, profundo y reflexivo.

El primer capítulo es la escena de una Eva en acción, una emergencia en la calle, una solución inmediata al problema y el inicio de una amistad. En esta escena no nos preguntamos si fue real porque sintetiza lo que era su cotidiano. Para Eva no había vida privada y vida política, su andar por el mundo reunía ambos aspectos en todo.  

El segundo capítulo, “Las raíces del árbol” , compone la infancia en Los Toldos y luego en Junín, el episodio en el velorio de Juan Duarte cuando Juana lo visita con sus hijos y la familia legítima del padre de sus hijos no le permite el ingreso. El impacto de a los seis años ver a su madre  reclamando un derecho  la posiciona a Eva en un lugar donde nunca más soportará una injusticia. 

“Eva era una niña retraída y muy tímida y no cabe duda que la circunstancia del enfrentamiento a tan pequeña edad con la muerte del padre y con la familia legítima que la humillara junto a su madre y hermanos fue un hecho decisivo en su vida, por los sentimientos que de golpe se le despertaron. “Desde que yo me acuerdo -dice y este es su primer recuerdo-cada injusticia me hace doler el alma como si me clavasen algo en ella. De cada edad guardo el recuerdo de alguna injusticia que me sublevo desgarrandome íntimamente”. 

En ese marco había algo que le resonó durante toda su infancia y que la acompañara para siempre: “Muchos pobres/pocos ricos” y Libertad agrega: “Los pobres eran como el pasto y los ricos como los árboles”. 

Bajo esa premisa que la desconsolaba, Eva transformó la realidad de todos los argentinos.

Desde su vida en Junín forjó una personalidad que combinaba el despertar artístico con esa inquietud que la perseguía y ese pensamiento que la mortificaba. 

“A partir de los doce años, ¿qué noticias tiene de la vida una muchacha de Junín? ¿Con quién se comunica, qué lee, qué aspira a ser? ¿Cómo llena sus días? No cabe duda de que Eva los llenaba con la imaginación. y como ella misma aclara: -El tema de los ricos y de los pobres fue, desde entonces, el tema de mis soledades-”. 

Acá es muy importante también destacar el rol de la madre y la descripción que hace Libertad de ella porque será determinante en sus decisiones: “Mujer indómita, orgullosa y valiente, doña Juana no toleraba el infiernillo pueblerino, así que un día levantó la casa y se fue a vivir a Junín, donde empezó de nuevo”. Esa impronta es la que le abrirá las puertas  a Eva para irse a Buenos Aires: “ Esto significa que doña Juana, teniendo a Eva Duarte sus dieciséis años, dio su consentimiento para que la jovencita fuera a Buenos Aires, la gran capital a desarrollar su vocación”. 

Luego de esa llegada a Buenos Aires, la historia que ya conocemos. Libertad va desde las peripecias que atraviesa recién llegada a la capital hasta el protagonismo en la vida política, para dar cuenta de esta etapa reúne testimonios de personas muy allegadas: Renato Ciruzzi, Mario Soffici, Delia Maldonado, Carlos Aloé, Elena Fernícola y extractos de discursos de su propia voz. En este recorrido muestra el pasaje de los distintos momentos de Evita y sus grandes conquistas: el 17 de octubre, la fundación, el voto femenino. 

“Al romper amarras con los vínculos primarios, el pueblo natal y la autoridad familiar, Eva Duarte es, a partir de ese momento, una rebelde que pertenece a dos grupos diferentes: el del interior o campo, de donde procede, y el de la gran capital al que tiene que adaptarse. Paralelamente y de la misma forma que ella, sucesivas oleadas de “cabecitas negras” o proletarios se instalan en la ciudad o el Gran Buenos Aires y comienzan a vivir el mismo drama que Eva. Por eso nunca negará su origen y dirá hasta el cansancio: soy una mujer de pueblo”. La autora de este libro, contemporánea a Eva, es una de esas personas.

Libertad aborda la vida de Eva como una obra de arte. La define con acciones concretas pero de cada una de ellas crea un concepto.

Libertad aborda la vida de Eva como una obra de arte. La define con acciones concretas pero de cada una de ellas crea un concepto. Eva y la oligarquía; Eva y la mujeres, Eva y el amor, Eva y los derechos. Como si realmente hubiera una mirada Evita de la vida. 

En primer lugar, a partir de su participación política señala la diferencia, Eva inaugura el rol de primera dama como mujer militante y comprometida. No ajena a las actividades del marido sino íntimamente involucrada. Esta actitud, esta manera de plantarse generó rechazo en la oposición y el antiperonismo, allí empezó el escarnio y el desprecio porque nunca aceptaron el protagonismo de una mujer a la que se le escuchaba la voz, tomaba decisiones y sumaba a las demás mujeres a la actividad política.

“Advenediza, rencorosa, vengativa eran tres características que la oposición y la imaginería antiperonista endilgó a Eva Perón hasta el fin de sus días”. 

Desde ese lugar Eva fue la figura que cristalizó todos aquellos deseos que tenían que ver con la participación femenina y sus derechos. La lucha por el voto femenino fue crucial en esta búsqueda porque los discursos posicionaron a la mujer como trabajadora, militante y ciudadana. En “Mensaje a la mujer argentina” dice: “El voto femenino será el arma que hará de nuestros hogares el recaudo supremo e inviolable de una conducta pública”. lo cual también causó revuelo en las mujeres de la oligarquía como por ejemplo Victoria Ocampo, que si bien ella en algún momento había predicado por el voto de la mujer, encontraba en la concreción de Eva una distancia que la expulsaba. Y tenía que ver con una expresión de democracia plena y participación popular verdadera. Porque nada de lo que hacía Evita se trataba de una pose y en esto Libertad es contundente. Atravesaba la idea y el deseo para materializar los derechos, no como ejemplo para unos pocos, sino para todos. Buscaba la igualdad y eso para el antiperonismo resultaba insoportable. 

Y eso no era todo, Eva formaba cuadros de mujeres para que estos derechos la trascendieran, en esto Libertad retoma el tema del Partido Peronista Femenino, como lucha, conquista y continuidad. 

En este aspecto también trabajó mucho para la independencia económica de la mujer, para el bienestar de los niños, en defensa de los más necesitados, derribando las ideas de beneficencia y de limosna: “Eva detestaba la limosna porque para ella la limosna siempre había sido un placer desalmado y vergonzante que consiste en ver cómo el pobre tenía que humillarse y agradecer la migaja que le tendían”. 

En Eva Perón, Libertad Demitrópulos indaga sobre el poder, reflexiona sobre la vida de una mujer que logra ser la voz de todas, que se convierte en heroína porque protege a los argentinos y en mito porque entrega su cuerpo y su dolor por amor al pueblo. Y a su vez es una obra maestra que relata la historia y sus puntos de inflexión, que describe las capas sociales que aun siguen provocando la misma dicotomía de pueblo y oligarquía.

Eva Perón empieza en la infancia y termina en la muerte temprana. Libertad se detiene en los últimos discursos, el primer voto, el último 17 de octubre y la vida con Perón hasta la partida, extendida al amor de los descamisados, allí donde Eva hace su paso a la inmortalidad. 

 Eva Perón excede el género biográfico, es un libro de alto contenido político. Una obra comprometida con el movimiento, un repaso por la génesis y  los momentos felices de la patria, en síntesis, es la vida de Evita, pero con una salvedad: la historia de Evita es también la nuestra, la de un pueblo que supo ser feliz. La grandeza de un movimiento que ante la adversidad pareciera escuchar algo de sus últimas palabras: “Yo estaré con ellos para que sigan adelante y por el camino abierto de la Justicia y de la Libertad, hasta que llegue el día maravilloso de los pueblos”.