Lina Vargas es licenciada en Comunicación Social-Periodismo. Nació en Bogotá y trabajó en la revista Arcadia, corresponsal de Gatopardo y colaboró en diversos medios. Es coautora de los libros Voltios (2017), Las Principitas (2019) y hace poco participó junto con Camila Bretón, Carolina Cattaneo, Dolores Caviglia del libro Puertas adentro, Una crónica sobre el trabajo doméstico (Marea Editorial).
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Durante la pandemia se visibilizó un sector económico del que se suele hablar muy poco: las trabajadoras de casas particulares. Fue uno de los sectores más afectados por las cuarentenas y se evidenció la informalidad del sector, pero ustedes empezaron a trabajar en este libro antes. ¿Por qué les parecía necesario un libro sobre las trabajadoras de casas particulares?
“Empezamos el libro en 2018 con mis tres compañeras, nos interesó saber que el 99% de las personas que trabajan en esto son mujeres, un sector muy conocido pero poco visible”.
“La primera característica que sale del trabajo doméstico, es que ocurre en el ámbito privado y eso propicia una serie de vínculos que se crean. Una mujer que ayuda a criar niños o cuidar a los ancianos en una casa, es un vínculo afectivo”.
La informalidad es una característica del sector, pero ustedes hacen foco en un tema importante que no siempre se aborda: la dificultad de trabajar en la intimidad de un hogar, donde no solo es difícil que se apliquen las regulaciones laborales sino que además pesan relaciones que se van construyendo con la gente con la que trabajan.
“Lo importante es diferenciar los vínculos afectivos y la cuestión de los derechos laborales, que el afecto no invisibilice la relación laboral, por ejemplo no pagar aguinaldo es ilegal”.
“Sin lugar a dudas para el movimiento social de mujeres el tema de la economía y los cuidados que hacemos todas las mujeres alrededor del mundo, lo veo como una especie de trabajo doméstico no remunerado”.