Una escritora entra a la Unidad 47 del pabellón femenino del Penal de San Martín seducida por ese espacio desconocido y amenazador. ¿Por qué están allí esas mujeres? ¿Qué fue lo que hicieron? En cada capítulo, la autora irá develando, de manera luminosa, la oscuridad primigenia de las prisioneras, irá descubriendo sus historias.
Una profesora de educación física propone armar un equipo de rugby de mujeres: si los hombres del penal San Martín formaron el equipo Los Espartanos, ¿por qué no las pibas? Entonces, comienza otra aventura: cambiarse y prepararse para salir a la cancha son escapes al aislamiento y la humillación a la que las somete el sistema carcelario. La entrenadora lo sabe y por eso las arenga: ¡Vamos las pibas!, es el grito del equipo con el que se dan valor.