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Poder evangélico de Ariel Goldstein es un libro urgente para comprender la situación política actual del continente americano. Goldstein procura responder interrogantes cruciales acerca de las estrategias y condiciones de posibilidad que llevaron a la expansión y ascenso al poder político de grupos religiosos evangélicos y su relación con expresiones políticas autoritarias. Lejos de reducir el fenómeno a un carácter coyuntural, Goldstein analiza rigurosamente la genealogía del poder de estos grupos en Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, México, Perú, Colombia, Venezuela, Estados Unidos, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Guatemala y El Salvador. La complejidad del evangelismo se manifiesta en la existencia de alianzas con todo el arco político, desde sectores que se autodenominan de izquierda hasta de derecha política. En el primer caso los grupos evangélicos establecen “alianzas pragmáticas” como los casos de Venezuela, Nicaragua, México, y Brasil durante el gobierno de Lula Da Silva. En el segundo caso se tratan de “alianzas de visión común” con vínculos sólidos que presentan una confluencia armónica de valores profundamente conservadores y autoritarios.
Poder evangélico evidencia la relación de retroalimentación en el acercamiento de actores políticos tradicionales a los grupos religiosos en pos de beneficios cortoplacistas que acaban fortaleciendo al poder evangélico entregando espacios trascendentes de la sociedad y roles protagónicos en materia de políticas públicas. Así construyen estos sectores evangélicos su poder de forma corporativa a espaldas del escrutinio público, inicialmente como “amateurs” hasta expandir sus vínculos con los Estados y llegar a ser considerados como factor de construcción de poder. Goldstein conecta el fenómeno con la dificultad histórica de las elites latinoamericanas para constituir un partido conservador de masas. Esta carencia, anteriormente se manifestó en golpes cívico-militares articulados en el Plan Cóndor que obraron como defensores de los intereses de las elites y encontraron legitimidad en los sectores más conservadores de la Iglesia católica opuestos a la agenda social del Concilio Vaticano. Los evangélicos, a su vez, en oposición a la variante católica progresista recuperan la tradición evangélica conservadora fundamentalista del sur estadounidense y sirven como legitimadores de expresiones autoritarias en tiempos democráticos, de allí la importancia otorgada en el libro al análisis del caso en Estados Unidos y la exportación del modelo de afinidad evangélica con la derecha política hacia Centroamérica y América del Sur.