Marea Editorial

Tras los pasos (políticos) de Manuel Dorrego

Manuel Dorrego es probablemente una de las figuras más apasionadas de la historia argentina, y también una de las menos invocadas a la hora de reconocer a los próceres y mártires de la patria.

El periodista Hernán Brienza acaba de publicar El Loco Dorrego: el último revolucionario, una investigación biográfica cuyo resultado es una reconstrucción histórica narrativa de esta figura que, a decir de Brienza, "no encaja en los moldes de las líneas históricas": a la vez porteño y federal, liberal y nacionalista, popular y democrático, localista pero americanista, bolivariano y sanmartiniano.

Dorrego fue una pieza clave del Ejército del Norte al mando de Manuel Belgrano. Sus ideales republicanos y liberales, su creencia en las mayorías y en el papel central de las provincias, llenaron su camino de enemigos. Cuando el federalismo llegó al poder en Buenos Aires, con Dorrego como gobernador, el golpe unitario de Juan Lavalle lo derrocó y le dio muerte en diciembre de 1828.

"Los liberales —escribe Brienza— no pueden recuperar para su panteón a un hombre al que asesinaron sin más". El libro se ocupa también de separar a Dorrego del federalismo rosista clásico y explicar por qué los sectores nacionales harían bandera con Rosas y no con el caudillo fusilado.

El Loco Dorrego da cuenta del clima político y social vivido en las Provincias Unidas del Río de La Plata tras la emancipación de España. También narra el inicio del conflicto entre unitarios y federales, con un Dorrego que pasa rápidamente al segundo bando.

Con gran apego a fuentes bibliográficas, Brienza se propone explorar el papel que tuvo Dorrego en el mapa político de su época, intentando demostrar que fue un continuador de Mariano Moreno. Su hipótesis central: con el fusilamiento de Dorrego murieron también los ideales de la Revolución de Mayo. Y el golpe de Juan Lavalle sería la matriz de los golpes de Estado que sacudirían al país en el siglo XX.

"Es posible que mi libro pueda enmarcarse dentro de lo que se llama, muchas veces peyorativamente, divulgación histórica. A mí me gusta pensar que se trata de un tratamiento periodístico de la historia", comenta Brienza. El autor afirma que no quiso idolatrar al personaje. "Por eso remarco sus errores, sus burlas a Belgrano, su indisciplina, su informalidad política, su ingenuidad. Quería que fuera un Dorrego humano y contradictorio, como también lo fueron Juan Lava lle y Bernardino Rivadavia".

Citando a Manuel Gálvez, Brienza sostiene que "toda historia es una interpretación". Y añade: "seguramente toda interpretación es un anhelo. Y todo anhelo es una convicción. Mi íntima convicción es que mi país sólo encontrará su destino cuando logre recuperar la tradición perdida de Manuel Dorrego".

El libro se presenta hoy a las 19.30 en la librería Gandhi, Corrientes 1743. Estarán Pacho O'Donnell y el periodista Jorge Halperín.