Marea Editorial

Marta Cohen en Buenos Aires: “Esta pandemia se podría haber evitado”

La médica patóloga pediátrica argentina que mejor comunicó la pandemia desde el Reino Unido al mundo habló con Infobae e hizo un análisis retrospectivo de los mitos, aciertos y errores de la gestión sanitaria del COVID-19. Lo que vendrá

Como buena médica patóloga pediátrica, Marta Cohen sacó a relucir durante la pandemia por COVID lo que mejor sabe hacer: ir detrás de la pista de las enfermedades. Por eso mismo, en el hospital de niños de Sheffield en Reino Unido, donde trabaja y reside hace 20 años, y donde hoy ocupa el cargo de directora clínica de Farmacia, Diagnóstico y Genética la apodaron sin vueltas: Sherlock Holmes, por su constante y obsesiva actitud científica de investigar. Así en la puerta de su oficina le colgaron un cartel de diseño con el nombre del detective creado por Arthur Conan Doyle.

El 3 de marzo de 2020 Cohen comprendió -antes que la mayoría de los mortales y sobre todo antes que los grandes cónclaves internacionales de la ciencia y la salud- a bordo de un vuelo de British Airways hacia el Reino Unido; rodeada de decenas de pasajeros británicos cubiertos con barbijos que volvían de Hong Kong, que algo raro y nuevo estaba pasando. Una semana después, el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró formalmente la emergencia global ante el inicio de una pandemia por un virus hasta ahí desconocido: el SARS-COV-2, de la familia de los coronavirus.

Más de 24 meses después y bajo el sólido análisis de Cohen, considerando todas las variables de surgimento del nuevo virus, queda en evidencia que los grandes organismos globales sanitarios como la OMS actuaron tarde; y que sobrevuelan inconsistencias científicas aldedor de qué pasó con la manipulación de ese virus que se estudiaba en los laboratorios alrededor de Wuhan. La conclusión actual es que no se reunió evidencia que indique que fue un accidente o escape o un acto de bioterrorismo. “Hasta ahora, yo tengo que ir con la evidencia y decir que habría surgido en el mercado de Wuhan”, completó Cohen.

La velocidad con la que se precipitaron los hechos y frente a tanta desinformación e incertidumbre por un virus que nadie conocía y que solo apilaba muertos al Norte de Italia y escalaba en el resto de Europa, le hizo a Marta cohen tomar una decisión muy clara y temprana: en el tiempo que se avecinaba ella iba a ocupar un rol, su mejor versión: comunicar. Y su antídoto iban a ser sus destacados skills profesionales y el privilegio de acceder a información científica de primera mano estando en el centro del mundo. Su mayor obsesión además de los suyos era ayudar a su amada Argentina. “Brindar información eficaz y oportuna basada en evidencias, encontré que ese iba a ser la mejor manera de combatir la infodemia y las fake news de la pandemia”, precisó Cohen a Infobae.

“Casi sin quererlo me convertí en un fenómeno mediático mundial” , explicó a Infobae. “El 20 de julio de 2020 en medio de fuertes restricciones de circulación y aislamiento en la Argentina antes de retirarme de mi oficina ví que acababa de salir publicado en la revista científica The Lancet - de la cual Cohen integra el panel de revisores- un artículo que informaba sobre los resultados prometedores de Fase II del desarrollo de la vacuna de Oxford- AstraZeneca. Sin dudarlo, grabé un mensaje breve para explicar el alcance de la buena noticia en una etapa de la pandemia sin vacunas, y saludar amigos y familia en la Argentina -muchos en su entrañable y nativa Trenque Lauquen-. Pocas horas después el video se hizo viral con millones de reproducciones en todo el mundo. Allí comenzó todo.

En línea con su trabajo detectivesco Cohen recupera el debate acerca del origen de la pandemia y retoma, entre otros el trabajos, el del bioquímico Jesse Bloom —del Centro de Investigación Fred Hutchinson, en Seattle, EEUU— quien señaló que algunas secuencias genómicas de los primeros casos de COVID en la ciudad china de Wuhan habían desaparecido de una base de datos internacional - la plataforma GISAID donde se suben públicamente al servicio de la ciencia y la investigación todas las secuenciones genómicas, incluso la del SARS-COV-2 que fue determinante para avanzar con la creación y producción de vacunas y tratamientos contra el COVID.

Bloom logró recuperar los archivos eliminados y asegura hasta hoy que la “información deletada” que él mismo recuperó reafirma que el virus ya circulaba en Wuhan antes del brote de diciembre de 2019.

La médica patóloga Marta Cohen dispara para profudizar el análisis que hoy permite el paso del tiempo- 24 meses después del inicio de la pandemia - y agregó a Infobae: ¿Por qué los organismos más reconocidos del mundo de la ciencia y la salud -consideradas las grandes ligas transnacionales científicas- como la OMS o la iniciativa GAVI -creada para repartir vacunas en países con problemas de acceso y pobreza- fracasaron en dos niveles: primero, frente a la posibilidad de contener la pandemia y segundo en el desarrollo de una gestión sanitaria global equitativa?

“Ni los distintos gobiernos del mundo, ni las grandes instituciones de la ciencia y la salud como OMS y GAVI reaccionaron a tiempo. Se perdió un tiempo precioso que debiera haber servido para frenar la pandemia y que no se expandiera tan brutalmente. Mientras muchos gobiernos del mundo tomaban la situación pandémica con una liviandad increíble”, puntualizó a Infobae la experta.

“La OMS pudiera haber hecho mucho más para frenar la pandemia. Es cierto que la OMS luego hizo un mea culpa -sobre todo para que no se repita- a través de la conformación del Panel Independiente para la preparación de Respuesta a Pandemias”, enfatizó Cohen.

El grupo de expertos que integró el Panel estuvo copresidido por dos mujeres brillantes, la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, y la ex presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf. Tras ejercer el cargo de primera ministra, Clark pasó a dirigir el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; y por su parte, Ellen Johnson Sirleaf recibió el Premio Nobel de la Paz en 2011.

El empujón de la visita esta vez de Cohen a la Argentina -la segunda desde el estallido de la pandemia- es el adelanto de su último libro Un mundo en pandemia, (Editorial Marea) que presentará formal y públicamente en la próxima Feria del Libro 2022.

Cohen además de haber demostrado ser una eximia divulgadora científica es además médica forense. Y en ese campo ella hizo un aporte muy relevante en el Reino Unido que le valió en medio de la vorágine de la pandemia por COVID, el 9 de octubre de 2020, el reconocimiento de la Reina Isabel de Inglaterra al otorgarle la Orden del Imperio Británico (OBE) con el rango de Oficialpor su labor en la investigación de la muerte súbita del lactante. Cohen recibió la distinción -creada en 1917- de manos del príncipe Carlos. “Sueño con traer esta investigación a mi país, ya que cambió el paradigma del abordaje de la muerte súbita en lactantes en Reino Unido. Hubo un giro de 360 grados en cómo tratar la muerte súbita en lactantes, salió del ámbito forense para ir hacia el hospitalario, porque es una muerte no sospechosa. Y mi obsesión ahora es convertirlo en una política de Estado en la Argentina. Lo hablé con la ministra Carla Vizzotti cuando ella estuvo en Inglaterra”.

Cohen lució en la entrevista con Infobae el mismo traje que al recibir la OBE de manos del príncipe de Gales: “Elegí este outfit porque es mi manera de rendir un homenaje a los periodistas y a los medios que trabajaron con responsabilidad, y por haberme permitido estrechar a la distancia una relación de confianza con todo el pueblo argentino”, expresó Marta a Infobae. Tiene un hijo especial, Emiliano, a quien cuida con gran amor y dedicación junto a su marido y dos hijas mujeres profesionales. “Soy una persona muy resiliente que siempre trato de ver lo que hay en el vaso, y no lo que le falta”.

— Marta, retomemos la idea de que la pandemia no se ha ido. En qué lugar estamos en el cruce del puente que nos llevará de la pandemia hacia la endemia: ¿Qué sigue ?

— Voy a traer otra frase acuñada por alguien que leí y que me resultó muy interesante. La pandemia no terminará hasta que nosotros lo decidamos. O sea, depende de nosotros decidir cuándo termina. Eso quiere decir que el 75% del mundo tiene que estar vacunado. Por cuestiones de nacionalismo de las vacunas como lo llama el Papa Francisco se generó inequidad, tenemos países que estamos en la cuarta dosis, y otros países como muchos en África que tienen menos del 10% de su población vacunada.

La variante Delta que fue terrible, surgió de una India no vacunada. La variante Ómicron surgió de una África subsahariana no vacunada. Es decir nosotros hoy estamos bien, estamos vacunados. En el Reino Unido había 2.000 muertos diarios y ahora tenemos 1950 por semana. Estamos mejor. Pero la persona que muere es el 100%. Entonces en realidad la pandemia no terminó.

Y si nosotros seguimos vacunando con cuarta dosis a personas jóvenes, quiero decir a menores de 60 años, sin trastornos inmunes, no solamente estamos de alguna manera desperdiciando vacunas, sino favoreciendo la inequidad. Porque esa población de África que no está vacunada o que tiene menos de un 10% de su población vacunada -una persona de 70 años que se contagia en el África tiene una posibilidad de 1 en 8 de morir - genera no solo la permanencia del virus de persona en persona, sino que se genera una carga viral tan alta en esa alta replicación, que se generan fallas. Y esas fallas son las mutaciones y así pueden originarse nuevas variantes. Y volvemos a empezar

Ya pasa en el Reino Unido con la variante XE que es una recombinación de la BA.1 y la BA.2 (subvariantes de Ómicron), una persona se contagia con dos virus, dos subvariantes en el mismo momento y las mismas células cambian, se entremezclan, intercambian material genético de las dos variantes y surge una nueva que es 10% más contagiosa.

— De vuelta aparece la idea de que el sálvese quien pueda en ciencia no funciona…

— Exacto. y la pandemia vino a poner esto en evidencia. Una cuestión que me produce mucha tristeza es el fracaso de la Organización GAVI que junto con el Banco Mundial, la Universidad de Oxford y la OMS querían manejar las vacunas para asegurar y distribuir 2 mil millones de dosis de una manera equitativa, primero a las personas de mayor edad, ir bajando la escala, y luego a los vulnerables y al personal de salud. Pero eso no se hizo, hubo países que recibieron todo, países que incluso pagaron por la vacuna más de lo que la vacuna valía , y otros países no recibieron nada.

Estos organismos tan reconocidos a nivel global fracasaron por el egoísmo. Los errores tienen que servir para aprender. Y ahí está la virtud de equivocarse, revisar, aprender y corregir. La Organización Mundial de la Salud por suerte lo hizo y en mayo del 2021 sacó el documento donde habla de todos sus errores y llega a la conclusión de que la pandemia se podría haber evitado.

La pandemia se habría evitado porque recién el 31 de diciembre del 2019 fue cuando China declaró los casos de neumonía atípica en exceso, de causa desconocida. Y recién se reunieron las autoridades sanitarias globales alrededor del 20 de enero. Esos días perdidos fueron cruciales.

— Enero y febrero 2020 fueron los meses cruciales donde se podría haber cambiado el curso de las cosas …

— Así es. Las primeras reuniones entre los organismos del mundo fueron en febrero. Ahí me gusta separar al personal y al sistema de la salud global que todo lo hicieron bien, incluidos los errores. Como haber dicho que la ivermectina sirve y después decir que no, los ensayos clínicos mostraron que no sirve. Eso es ir detrás de la evidencia.

Pero por el contrario, la política falló de una manera trascendental. Y dentro de eso está la Organización Mundial de la Salud que se perdió en burocracias varias un mes completo. Yo diría dos meses, se perdió enero y febrero. Se hubiera contenido la epidemia y no haberse transformado en pandemia. Ahora sabemos que una de las cosas que tenemos que reorganizar es cómo se hacen los relevamientos epidemiológicos para captar cuando hay nuevos virus, nuevas variantes, en distintas partes del mundo.

Cohen arremete sobre temas incómodos pero necesarios de estudiar y debatir sobre la pandemia: “Si bien no hay evidencia de que la aparición de esta pandemia tuvo que ver con un ataque bioterrorista desde China, también hay que decir que la ciencia solo dijo que no hay evidencia, no dijo ¡No!” .

— Para seguir este razonamiento revisionista sobre la pandemia, dónde usted ubica el origen del virus, ¿en aquel mercadito de Wuhan?

— Pasaron muchas cosas alrededor de esas fechas en los laboratorios de Wuhan: en el mes de septiembre 2019 en ese laboratorio de Wuhan donde se estaba analizando ( y manipulando) el virus SARS-COV-2 se tuvo que mudar, cambió de edificio. Entonces podría haber habido un accidente, un escape.

(El virólogo Jesse) Bloom se da cuenta de que hay un primer análisis genómico de China que se había borrado. Se había subido y se deleteó. Él lo pudo reconstruir con la nube de la plataforma y lo publica en un fantástico artículo científico donde llega a la conclusión que ese análisis genómico era mucho más símil a la variante de Wuhan, que lo que después se había indicado desde los laboratorios del CDC de China. “Parece probable que las secuencias se eliminaron para ocultar su existencia, citó Cohen al investigador Bloom. La conclusión actual es que no hay evidencia que indique que fue un accidente o escape o un acto de bioterrorismo. Y es muy interesante porque indican que no hay evidencia. No quiere decir no, solo que evidencia no hay.

Entonces la aceptación actual es que el nuevo coronavirus SARS-COV-2 tiene más de un 99% de similitud con el coronavirus del murciélago, no es el primer coronavirus que tenemos los humanos, como patóloga he estado en contacto con el coronavirus respiratorio que produce resfríos, pero no es esto. No se sabe si fue directamente por la manipulación de animales vivos que se vendían en el mercado de Wuhan que incluían estos murciélagos, ratas, ranas, etcétera, o si surgió a través de un intermediario que es un oso hormiguero chino que se llama pangolin. Así que hasta ahora, yo tengo que ir con la evidencia y decir que habría surgido en el mercado de Wuhan.

Cohen trae sobre la mesa una información sobre la producción de antivirales contra el COVID, inquietante y auspiciosa a la vez : “Argentina en el año 2017, exactamente en diciembre del 2017, suscribió a un convenio con una agencia internacional de patentes que tiene base en Ginebra y que está en alrededor de 120 países, obviamente de medianos y bajos ingresos, que permiten hacer medicamentos genéricos. Esa agencia firmó convenios a su vez con los laboratorios productores del Molnupiravir (MSD-Merck) y del Paxlovid (Pfizer), para hacer esos antivirales genéricos. O sea que teóricamente se podría explorar hacerlos en la Argentina”.

—Nadie está a salvo, hasta que todos estén a salvo, escribió usted en su libro. ¿Cómo será ese proceso hasta que podamos recordar al virus SARS-COV-2 como un mal momento?

— El tema es que las nuevas variantes no sean más letales y el tema es que no surja un nuevo virus, por ejemplo, si se recombinan dos virus distintos que están infectando al mismo paciente y tenemos la mala suerte que en el mismo sistema celular se combine material genético.

O sea que si la situación sigue siendo la misma, que aparecen variantes más contagiosas, pero que la vacuna sigue teniendo la misma eficacia...la vacuna protege de la infección grave y la muerte, en general con una alta eficiencia, no protege tanto para la reinfección, y la inmunidad que decrece a los seis meses de manera evidente.

Eso es para la inmunidad humoral, los anticuerpos, pero no sabemos aún qué pasa con las células de la memoria inmunológica (inmunidad celular) porque en muchas personas esa memoria queda vigente y es lo que permitiría que las personas no se tengan que vacunar tanto.

Vacunando mucho dando cuarta dosis, quinta dosis, estamos provocando por demás al sistema inmune, estamos híper estimulándolo. Y podemos sin darnos cuenta hacer que prosperen virus que son más resistentes a las vacunas. Entonces cuidado, vacunemos con dosis cuando se necesitan.

Tenemos que invertir más en tecnologías de circulación de aire y no de recirculación, de monitoreo. Me parece que es muy importante que los gobiernos, ahora ya no se hacen más tests, inclusive en el Reino Unido. Se desarmaron en casi todo el mundo los centros de testeo. Hay que seguir monitoreando la circulación del virus y esa es una tarea que debe asumir el Estado como política de salud pública. Si hay nuevas variantes, dónde y cómo circulan …

— Sino de vuelta volveremos a estar ciegos, perderemos la pista...

— Claro, perderemos la pista y volveremos a la burocracia y a perder tiempo muy valioso. Si no tenemos un nuevo virus más letal o una nueva combinación, una nueva variante que sea más resistente a las vacunas yo estimo que estamos en la parte final de esta pandemia. Pero la pandemia no terminará hasta el 2023 que es cuando el 75% del mundo estará vacunado. Luego pasará a ser un virus endémico, pasará a ser el cuarto o quinto coronavirus endémico que va a tener brotes estacionales, en donde nos daremos la vacuna para la gripe, aquellas personas más de 60 años, personal de salud y personas con vulnerabilidades y situaciones crónicas; vacuna para el coronavirus, el mismo día y en distintos brazos.