Marea Editorial

Un gesto político

Ana María Vara

HISTORIA DE LA HOMOSEXUALIDAD EN LA ARGENTINA 
Por Osvaldo Bazán - (Marea) - 478 páginas - ($ 45)

 

La vida cotidiana se ganó un lugar en el mainstream académico de la mano de historiadores como Le Goff y Duby, quienes abrieron las puertas de cocinas, cuartos y talleres de otros tiempos al escrutinio erudito. El título elegido para esta Historia de la homosexualidad en la Argentina. De la Conquista de América al siglo XXI, de Osvaldo Bazán, parece inscribirla en esa tradición. Sin embargo, basta revisar la solapa del libro para comprender que el trabajo tiene otra genealogía, tanto o más legítima que aquella: la del periodismo, acostumbrado a encontrar en los pequeños relatos las marcas de la época y capaz de trabajar con fragmentos y evidencias incompletas.

En respuesta a la dispersión de testimonios, Bazán -periodista con experiencia en radio, televisión y medios gráficos, y autor de dos novelas, Y un día Nico se fue y La más maravillosa música- apela a una narración deliberadamente desestructurada. Esta Historia de la homosexualidad... está compuesta por 131 crónicas. A la mayoría de ellas, marcadas por las huellas de la persecución de la que fueron objeto los homosexuales a lo largo de la historia, responde otra línea narrativa: la del renacer incesante, la toma de conciencia, la resistencia. Pasaron siglos -literalmente- hasta que la segunda empezó a predominar sobre la primera. En el camino, el interrogante típico que podría acompañar a un lector heterosexual -¿por qué la homosexualidad?, ¿cuál es su origen?- es eclipsado paulatinamente por otro quizás más relevante, sin dudas más urgente: ¿por qué tanta persecución?, ¿de dónde tanta saña?

Las partes I y II están dedicadas a los tiempos de la Conquista, la colonia y los primeros años de la Independencia. El anecdotario del horror incluye distintos métodos de tortura y ejecución de quienes fueron acusados de sodomía en tiempos de la Inquisición. Las amenazas de la Mazorca -pronunciadas en rimas espeluznantes- exhiben similar cruce de política y prejuicios.

La cara segregacionista del proyecto de la generación del 80 y el higienismo positivista de comienzo del siglo XX son el marco que articula los historias de las partes III, IV y V. Entre cuadros duros, resulta un alivio el tono irónico y hasta lúdico de Bazán, entre otros momentos, cuando cuenta la historia de Luisito, "la Bella Otero", un joven que se dedicaba a la prostitución vestido de mujer y que, con la excusa de la descripción de su travestismo, logró que sus versos eróticos fueran publicados en revistas científicas.

La discriminación y la rebeldía se renuevan tras el golpe de 1930 y el auge del nacionalismo, período presentado en la sección VI. A la "mano de hierro" oficial se le escurren algunas potenciales víctimas como el cantante español Miguel de Molina, el dramaturgo y tanguero Tulio Carella, el escritor polaco Witold Gombrowicz. Bazán también analiza textos de las revistas Sur y Contorno; la ensayística es tímida, pero hay más audacia en la vida privada. Pese a las asechanzas, cierta agitación comienza a gestarse.

En los "efervescentes 60" -según la calificación del autor- se afianzan recorridos, zonas de reconocimiento: encuentros en el Colón, whiskerías, algunos cines. La figura de Manuel Puig merece un capítulo breve, pleno de guiños. La complicidad estalla en los "revolucionarios" años 70, de la mano de militantes como Héctor Anabitarte, "homosexual, sindicalista y comunista", fundador de la primera agrupación de gays de la Argentina. También en esos años se crearía el Frente de Liberación Homosexual, en cuyas filas se destacaría el poeta Néstor Perlongher.
La sección IX es sombría, como la dictadura que la marca: se abre con la desaparición del periodista Enrique Raab y su pareja, sigue con el exilio de Perlongher, los asesinatos del Comando Cóndor durante 1982 y 1983, el ensañamiento en las detenciones con los desaparecidos homosexuales, cuya situación no habría sido suficientemente denunciada ni siquiera en el Nunca más, donde no se consignó el sadismo particular del que fueron víctimas, según le habría contado el rabino Marshall Meyer a Carlos Jáuregui.

Sólo con el retorno de la democracia (parte X) comenzaría un tiempo de mayor tolerancia y apertura, hasta llegar a la ley de unión civil en la ciudad de Buenos Aires, en 2002, ley que no terminó con la discriminación pero que marcó un giro fundamental. Algunos meses antes, en agosto de 2001, Bazán había publicado una nota en la revista Noticias, comentando las declaraciones de distintas personalidades sobre su condición gay, la "salida del closet", según una expresión tomada del inglés. Y también él había salido del closet.

Esta Historia de la homosexualidad... puede leerse como un paso más en ese lento camino hacia la toma de conciencia, primero, y la lucha por la aceptación, después. Como comenta el autor en el epílogo: "El día que nació el concepto de ?orgullo gay´ comenzó a frenarse la injusticia. Enorgullecerse de eso que buscan que te avergüence fue el dique frente al avasallamiento con que la mayoría se relacionó con nosotros". Ese "orgullo", ese "nosotros" hacen que el texto de Bazán pueda ser leído como una auténtica intervención política. Al interés que despiertan la investigación y la calidad narrativa del libro, se suma, entonces, el saberlo parte de un gesto político legítimo y necesario.